San Millán de la Cogolla, cuna del castellano
San Millán de la Cogolla es una pequeña población riojana que lleva habitada por frailes desde el siglo VI y donde podría decirse que nació el castellano. Esta localidad que apenas tiene unos 220 habitantes destaca, sin ningún genero de dudas, por sus dos maravillosos monasterios. Sólo por ellos resulta absolutamente obligada su visita. El pueblo cuenta nada más que con cuatro barrios, pero su legado cultural es tan enorme que lo convierte en un lugar mágico. Y es que, como ahora podremos ver, en él se conservan dos auténticos tesoros de nuestra cultura que cuando se visitan dejan en el cuerpo sensaciones tan emocionantes que resulta difícil describirlas.

Ellos solos justifican con creces la visita, y como muestra basta decir que los monasterios de San Millán de la Cogolla fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997. Además de la parte cultural, el viaje también permite disfrutar de un entorno muy interesante. Situado en la Sierra de la Demanda, en plena Rioja Alta, el pueblo está rodeado de un precioso paisaje de hayas, robles y encinas al cual se debe prestar atención. Pero viajar a San Millán de la Cogolla es viajar a los orígenes de nuestra lengua, por eso los indiscutibles protagonistas del viaje son los dos monasterios que ahora te propongo que visitemos juntos. ¿Me acompañas?

SAN MILLÁN DE SUSO: ORIGEN DEL CASTELLANO
Situado en la parte alta de la ladera, el Monasterio de Suso es el más austero de los dos que hay en San Millán de la Cogolla. Pero déjame decirte que, precisamente por eso, a mí me pareció el más especial.

Está construido sobre unas cuevas y en él vivieron eremitas desde el siglo VI. Contemplar las cuevas mientras piensas que nuestra lengua nació en ese lugar que parece perdido en el tiempo es una experiencia casi mística, y no exagero ni un pelo. Además de la riqueza arquitectónica del monasterio (conformada por la mezcla de estilos visigodo, mozárabe y románico), el sitio destaca por su incalculable valor cultural, como ya sabemos, pues en él fueron halladas las glosas emilianenses. Se tratan de los primeros escritos en castellano y euskera que existen.

Fueron una especie de notas aclaratorias escritas en un códice por algún monje que quería traducir el latín a la lengua que hablaba el pueblo llano. Las glosas están datadas del siglo X. En la galería de entrada al monasterio hay diferentes sepulcros donde están enterradas algunas personalidades de la época. En general, cuando visitas esta maravilla de nuestra cultura sientes que hubieras retrocedido siglos; es algo tan emocionante que sólo puede experimentarse cuando estás allí. Si te decides a visitarlo, entenderás lo que quiero decir.

SAN MILLÁN DE YUSO: EL ESCORIAL DE LA RIOJA
Pero la comunidad benedictina creció y surgió la necesidad de construir un nuevo monasterio para albergar a todos los monjes: fue entonces cuando se construyó el monasterio de Yuso, en la parte baja de la ladera.

Fue construido entre los siglos XVI y XVII. Algunos lo llaman el Escorial de La Rioja, y la comparación no es exagerada dada su impresionante biblioteca. Además, puede visitarse su iglesia (de 1504), donde destaca por encima de cualquier cosa la sacristía (del S. XVII).

El lugar está decorado en todo detalle con frescos y pinturas barrocas que se conservan tal cual, sin haberse restaurado desde que se pintaron (a finales del S. XVIII). También puede visitarse un precioso claustro del S. XVI. En definitiva: una de esas visitas que no puedes dejar de hacer.

Fotografías 01, 03 y 07: Cenobio
Fotografía 02: Xiquinho Silva
Fotografía 04: Pacodonderis
Fotografía 05, 06 y 08: Jose Luis Filpo Cabana